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Un “juego limpio” para cambiar el feo rostro de Maracaibo

Por: Oswaldo Torres (*)
Fecha de publicación: 27/10/10

En días pasados cuando regresaba a mi casa, al final de la tarde, me causó preocupación la discusión que entabló el resto de los cuatros pasajeros y el chofer, en el carrito por puesto (unidad de transporte público). Expresaban lo que para ellos eran los terribles problemas presentes en la urbe marabina, desde hace dos años, cuando nació la crisis de gobernabilidad en la Alcaldía de Maracaibo. Preferí no intervenir en la discusión y mirar los “toros desde la barrera”. Los  principales comentarios de los pasajeros se centraban en: mal estado de las calles, ineficiencias en la recolección de la basura, inseguridad, caos vehicular y sobre todo el mal servicio que ofrece el sistema de transporte público de la ciudad. Por supuesto, como ha de esperarse las opiniones tenían su tinte político, es decir, quienes expresaban su criterio estaban unos a favor de la oposición y otros al oficialismo. “No chico eso es por culpa de Di Martino que nos dejó una Maracaibo fea”, dijo uno de los usuarios. “Estás loco fue por Manuel Rosales que se fugó”, respondió otro. Como dirían por ahí: la discusión se dividió entre “escuálidos” y “chavistas”. Esto ya es parte de la cotidianidad de la Venezuela del Siglo XXI.

Cada uno ofreció su verdad basada en su tendencia política, lo que a su vez no permitía clarificar el meollo del asunto que discutían, pero en lo que si coincidían era que la ciudad estaba apoderaba por el caos y la mala gestión gubernamental.

Un caso ejemplar del mal estado de las vías en la ciudad, lo representa el terrible deterioro en que se encuentra actualmente el pavimento de la avenida Los Haticos. En esta vía de comunicación abundan los huecos, y además se evidencia la carencia de un correcto y eficiente sistema de drenaje. ¡Ah! también la proliferación de basura es allí más que evidente. Por estas razones los vehículos se ven obligados a manejar con cautela y a detenerse en cada orificio de la carretera, lo que a su vez genera enormes colas y un tráfico lento. Vecinos y profesionales del volante, desde casi un mes, vienen protagonizando constantes trancas y protestas en la zona, para exigirle a los entes gubernamentales municipales una pronta solución a esta evidente problemática.

Pero no sólo en ese punto geográfico de la ciudad se focaliza el problema, en el casco central, específicamente en las adyacencias de la estación Libertador del Metro de Maracaibo, las calles están totalmente deterioradas. Los profesionales del volante, que confluyen en el centro de Maracaibo, a principio de mes protagonizaron una protesta allí exigiendo a las autoridades de la municipalidad reparar las vías.

Más allá del mal estado de las calles y avenidas de esta ciudad, la inseguridad también asoma su temible cara. Muestra de ello son los asesinatos de los chóferes de tráfico que laboraban para las distintas rutas de transporte colectivo de la ciudad. Ni hablar de las terribles bajas que publican diariamente las páginas de los medios impresos locales. Uno de los líderes de la Central Única de Transporte Público de Maracaibo, Erasmo Alían señaló, a la prensa local hace más de una semana, que en lo que va de año, la delincuencia ha asesinado 34 profesionales del volante. Frente a este saldo, según Alían, el gremio que representa propone una mancomunidad de las fuerzas policiales y militares, activas en la región, como medida paliativa y preventiva para que resultados como éste, no continúen ocurriendo dentro del sistema de transporte público maracaibero. Al respecto Alían sentenció además: “Estamos exigiendo que los cuerpos policiales resguarden nuestra integridad porque ya no queremos otro compañero muerto a manos del hampa”.

Basura por todos lados

¡Ah! la basura. Con su olor pestilente y nauseabundo en las calles de la ciudad prolifera. Problema este causado en gran medida por la falta de un correcto sistema de recolección de basura, que se evidenció con mayor contundencia en el último año de la gestión de Gian Carlo Di Martino, ex burgomaestre de la ciudad. Los conflictos gremiales y labores, para ese momento dentro del Instituto Municipal de Aseo Urbano, fueron los detonantes del problema. Para diciembre de 2008 en la ciudad, sobre todo en el casco central, la basura rebosaba en los contenedores y abundaban en las aceras y calles de la ciudad. Maracaibo parecía el vertedero municipal.

En lo consiguiente la falla se mantuvo, en el corto tiempo que duró la nueva gestión, encabezada por Manuel Rosales, quien como medida de emergencia dio inicio a un sistema recolección de basura, con la activación de camiones recolectores nuevos y repotenciados, designados a rutas específicas. Pero no fue del todo efectiva porque el problema no se solucionó del todo.

Con la fuga de Rosales, la Alcaldía de Maracaibo fue asumida por el presidente de la Cámara Municipal, Daniel Ponne, pero su gestión allí ha recibido más piedra que flores. Muchos marcaiberos le acusan de haber agudizado, con su mala administración, cada uno de los problemas que enfrenta la ciudad, entre ellos el de la basura. Respecto a este caso, la semana pasada un numeroso grupo de los llamados “salserines” (personal encargado de limpiar la ciudad de forma manual) se apostaron frente al edificio del Ayuntamiento marabino para exigir el pago 15 meses de retroactivos y 5 meses de cesta ticket, más otros beneficios laborales, así lo reseñó un medio impreso local.

Por otro lado, en la ciudad el caos vehicular es un tema que nadie olvida y detesta. Vemos como las enormes colas son evidentes en la Autopista 1, Circunvalación 2, Avenida Libertador, Delicias, entre otras, causadas, según criterio propio, por la falta de planificación urbana y la proliferación de autos. Pareciera que los carros en Maracaibo se reprodujeran como una epidemia, sin control alguno.

Otro de los problemas que causan suma preocupación en la Tierra del Sol Amada es el terrible, caótico y deprimente servicio del sistema de transporte público de Maracaibo. Cada día son menos las unidades y mayor el deterioro de las pocas que funcionan. A partir de las siete de la noche más del 70 por ciento de las unidades dejan de circular, y los llamados carritos “piratas” son los únicos que ofrecen el servicio.

Los agremiados a la Central Única de Trasporte argumentan que el alto costo de las autopartes impide mantener las unidades en buen estado, y que muchas de ellas son muy viejas. Sobre este tema, Alían declaró a un semanario local lo siguiente: “Nosotros no venimos a tapar el sol con un dedo, sabemos que el servicio de transporte público en Maracaibo no es tan eficiente como debería ser, porque nuestros carritos y autobuses tienen más de 30 años funcionando”.

Como solución  propuso lo siguiente: “Hemos solicitado ante la Alcaldía de Maracaibo que se repotencien nuestras unidades, y las que no sirven salgan de circulación y sean sustituidas por vehículos nuevos; le hemos dicho a la Fundación Nacional de Transporte Urbano, que nos acredite unidades porque nos hemos caracterizado por ser buenas pagas”.

Para satisfacer la demanda en las diferentes rutas de transporte, según cifras manejadas por la dirigencia sindical del transporte público en Maracaibo, se necesitan entre 6.000 buses y microbuses en sustitución de los carritos por puesto. En la actualidad, según la Central Única de Transporte, el sistema cuenta con 14.800 carritos por puestos y 1.032 unidades distribuidas entre buses y microbuses, que funcionan dentro de los municipios Maracaibo y San Francisco.

¿Cuál es la solución?

Una gestión pública, bien planificada, seria, ética y con un verdadero compromiso de responsabilidad social, nos encaminaría hacia una ciudad donde cada uno de estos problemas puedan controlarse o erradicarse. Así la sueña el maracaibero, y espera que así sea a partir de la nueva administración municipal que arranque el año próximo con la elección del alcalde o alcadesa, en la contienda electoral del venidero 5 de diciembre. Fecha ésta que ya estableció oficialmente el Consejo Nacional Electoral.

A partir de entonces el nuevo gobierno local debe hacer un “juego limpio”. El juego que ofrezca un cambio profundo al rostro urbano de la ciudad. Que sea el génesis del renacimiento de la amada Maracaibo, y dejar atrás los rencores y las venganzas políticas; y que el nuevo gestor municipal ofrezca un verdadero bienestar a los maracaiberos.

Los candidatos ya asomaron su nariz, es decir, sus aspiraciones; entre ellos: Eveling Trejo de Rosales, esposa del prófugo de la justicia venezolana Manuel Rosales, quien representa al movimiento político Un Nuevo Tiempo; así como también el miembro del partido Primero Justicia, Juan Pablo Guanipa, y el ex alcalde de Maracaibo, Gian Carlo Di Martino. Los dos primeros representan la oposición venezolana, mientras que el último al Partido Socialista Unido de Venezuela. ¿Quién ganará? eso lo sabremos.

Todos ellos aspiran gobernar desde la silla de la Alcaldía de Maracaibo. Con el fin de alcanzar esa meta, inicialmente presentarán durante la campaña electoral, sus propuestas de gestión gubernamental para mejorar la calidad de la vida de la ciudad. No obstante, quien logre ese puesto deberá hacerlo bien porque si no: ¡la Patria os juzgará!

Por otro lado, los moradores de este pedazo de tierra zuliana piden, además, que la contienda electoral no sea más un juego político y una patraña para lograr el control de los poderes públicos.

Maracaibo hoy no sólo te ahoga tu calor sino también la beligerancia y el libertinaje de una mala administración municipal. Pero las soluciones están a las puertas; sólo habrá que ver si hay disposición o no, de quienes ostenten tu poder. Mientras tanto como dice el viejo refrán: “Amanecerá y veremos”.